En la facultad conocí a uno que los fines de semana trabajaba de mago en cumpleaños infantiles. Es raro pero lógico, si tienes pensado serrar a alguien por la mitad necesitas practicar. Cuando subes al escenario no quieres que el público te vea sudar. Sólo quieres que vean la magia.
Hay una razón por la que nos guardamos cosas, cuando hay público hasta los momentos más insignificantes importan. Y los importantes de verdad parecen trascendentales. No hay que dejar que la presión te impida aprovechar oportunidades. Sólo debes lanzarte desnuda y asustada y fingir que nadie te ve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario