Se ha escrito que un amante es apto para estar lleno de secretos propios como lo está el objeto de su amor. Para mi padre, los secretos retenidos por la mujer que amaba provocaron el poder suficiente para matarlo. Ahora empiezo a entender la enormidad de esa carga.
Todos tenemos secretos que mantenemos ocultos del resto del mundo; amistades que fingimos, relaciones que ocultamos, pero el peor de todos, el amor que nunca mostramos. Los secretos más peligrosos que una persona puede enterrar son aquellos que escondemos de nosotros mismos.
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