Las infecciones tienen una forma molesta de llegar sigilosamente a ti. Te sientes bien, crees que la infección se ha ido y, entonces, vuelve a aparecer de la nada cuando tu cuerpo sigue siendo débil, cuando apenas has sido capaz de recuperarte... Estás infectada de nuevo. Y una vez la infección se propaga, que se mete dentro de tu torrente sanguíneo, bueno, entonces realmente tienes que vigilarlo porque son ese tipo de infecciones las que pueden matarte.
¿Sabes esa cosa? ¿Esa terrible cosa que pensabas que habías enterrado? ¿Y si no es así? Sabes esa cosa, crees que al fin lo has superado. ¿Qué pasa si no lo has hecho? ¿Cuándo sabes que has cerrado un capítulo? ¿Cuándo, finalmente, es seguro seguir adelante? Tal vez tú nunca lo sepas. Tal vez solo tengas que probar el agua, tienes que ver cómo te sienta. Y si eso sienta bien, quiero decir, realmente bien, entonces, al diablo, yo digo que vayas a por ello.
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