En trauma, lo que más nos preocupa es una pregunta primordial... ¿Cómo pasó esto? ¿Cúal fue el mecanismo de la lesión? ¿Cómo vemos más allá del desorden y la confusión del trauma para averiguar cuál es el daño real? Cada parte de un trauma cuenta una parte diferente de la historia. Y sólo hasta que miras todas y cada una de las lesiones no puedes ver lo que fue mal.
Hablamos del mecanismo de la herida sobre dónde empezó todo. Pero la verdad es que es más bien un mito. No podemos reducir cada herida hasta una sola. Lo que duele se acumula, pasa durante un tiempo. Absorbemos golpe tras golpe, conmoción tras conmoción, un golpe doloroso tras otro... Pero incluso entonces, incluso si sabemos cómo hemos llegado hasta ahí no significa que podamos arreglarlo. No puedes curar todas las heridas. Y eso está bien, tengo que creer que está bien. Tengo que creer que incluso si algo parece no tener solución no significa que está roto.
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