Los amores terminan por todo tipo de razones, pero al fin y al cabo todos tienen algo en común: son estrellas fugaces. Un espectacular momento de luz celestial, una efímera luz de la eternidad que en un instante se van.
Les costaba ponerse de acuerdo. De hecho, rara vez estaban de acuerdo. Discutían todo el tiempo y se desafiaban todos los días. Pero a pesar de sus diferencias tenían algo importante en común: estaban locos el uno por el otro.