Recuerdo a alguien diciéndome en el colegio que yo venía de un hogar roto. Eso es lo que normalmente decían cuando tus padres se divorciaban. Incluso el divorcio fue lo menos roto que hicieron. Cuando oía eso de pequeña me preguntaba si los hogares rotos eran donde vivía la gente rota. Era una tonta. Quiero decir, solo era una niña pequeña. Pero aun hoy en día me lo sigo preguntando...
Puedes construir una casa de la nada y hacerla tan resistente como quieras. Pero un hogar es más frágil que eso. Un hogar se hace con la gente que lo habita. Y la gente puede estar destrozada, por supuesto. Pero cualquier cirujano sabe que lo que está destrozado puede arreglarse, lo que duele puede curarse y que no importa lo oscuro que se ponga porque el sol volverá a salir.
