Hay un juego al que juegan los niños, cierran la mano y a la de tres intentan coger los dedos de los otros. Aguantas todo lo que puedes o al menos más que el otro niño, el juego no termina hasta que alguien dice "para", se rinde, pide piedad. No es un juego divertido.
En el juego de la misericordia, cuando un niño llora el otro escucha y el dolor se detiene. ¿No deseáis que fuera así de fácil ahora? Ya no es un juego, y no somos niños. Puedes gritar "misericordia" todo lo que quieras, pero nadie lo escucha. Eres sólo tu gritando al vacío.
La espera puede matarte. Tú tomas la decisión y luego el mundo tiene que girar. Las consecuencias se te van de las manos, sólo hay una cosa que parece clara en esos momentos de tranquilidad mientras esperas, lo que sea que escogieses estaba mal.
Sólo queremos sobrevivir a la tormenta. Rezamos, "Por favor, Dios, llévame al otro lado". Nunca imaginamos cómo sería cuando llegáramos allí. ¿Que pasa si, cuando la tormenta pasa, no queda nada?. Siempre he dicho que podría aguantar cualquier cosa, me equivoqué. Estaba equivocado sobre muchas cosas, pero tenía razón en una cosa, tenía razón sobre esto.
Cuando te conviertes en interno hay una ceremonia en la que te dan una bata blanca, como por arte de magia... eres médico. Mis padres vinieron a mi ceremonia de la bata blanca, aún los veo, tan felices y tan orgullosos. Dicen que tu vida pasa ante tus ojos justo antes de morir, los momentos importantes, los momentos que te pusieron a prueba, los momentos que te hicieron quien eres. No sé si mi vida pasó ante mis ojos, yo estaba pensando en mi bata blanca y ahora me alegro de llevarla puesta, es el momento en que empezó mi vida y parece que lo propio es llevarla cuando acabe.
Vamos a morir todos, no tenemos mucho que decir sobre el cómo o el cuándo pero si podemos decidir cómo vivir, así que hazlo. Decide. ¿Es esta la vida que quieres vivir?, ¿Es esa la persona a la que quieres amar?, ¿Es esto lo mejor que puedes ser?, ¿Puedes ser más fuerte?, ¿Más amable?, ¿Más compasiva?. Decide, respira, exhala y decide.
Se cree que el pecado original solo puede ser absuelto con el agua del bautismo, pero son los pecados que le siguen aquellos que no se absuelven tan fácilmente. Y puesto que el perdón de violación solo se concede con la verdadera penitencia, la maldad pura nunca puede borrarse.