Frágiles 2x01 - El mendigo herido
Hay que ser capullo. Toda la vida volviéndome loco por encontrar la manera de ser un poco feliz y justo cuando estoy a punto de conseguirlo llega un loco a 200 por hora y se me lleva por delante.
Toda la vida ahogado por relaciones complicadas, proyectos frustrados, culpas, más culpas... ¿Y ahora qué?
Debo de haber sido un buen tipo en una vida anterior porque alguien me ha dado una segunda oportunidad. Y como decía la tía de mi amigo Mario "Para desaprovechar una segunda oportunidad hay que ser muy tonto", y yo ya tengo bastante con ser un poco capullo.
Ya lo decía la tía Mili "Hay que concentrarse sólo en lo que se puede tocar, saborear" y no volverse loco pensando en que hacer para disfrutar, sino simplemente disfrutar de todo lo que se hace. Algún iluminado dijo que la felicidad no existe, está claro que era más listo que yo, pero hasta yo sé que sí existen los grandes momentos de las pequeñas cosas, esas que dividen al mundo en dos tipos de capullos: los que ni se enteran de como apreciarlas y los que se convierten en unos auténticos expertos.
Que las pequeñas cosas no te engañen, son pequeñas pero no sencillas, tienen trampa. Y es que esas pequeñas cosas no sirven de nada si no las compartes con alguien a quien quieres. Porque sólo cuando las compartes, las pequeñas cosas pasan a convertirse en autenticas joyas. Las joyas de verdad no están en los museos ni en las cajas fuertes, las joyas de verdad no brillan ni deslumbran, las autenticas joyas no son las que te hacen más rico, son las que te hacen sonreír. Yo no me considero un tipo codicioso, no necesito muchas joyas, me conformo con volver a sentirme vivo. Quiero volver a sentir que alguien se preocupa por mi. Quiero volver a sentir que hay alguien de quien me quiero preocupar. La felicidad es un arma de doble filo, no hay nada mejor cuando la tienes, pero si la pierdes te quedas echo polvo. Porque al final del día es cuando te das cuenta de que lo importante, seas un capullo o un iluminado, es que tienes dos opciones, y hay que elegir, puedes elegir la opción fácil: dejarte caer y hundirte, o puedes elegir la opción difícil seguir buscando y entonces si tienes un poco de suerte una de esas joyas pasará por delante para darte el valor necesario y volver a la superficie.
Tu vida en 65'
De pequeño, mi padre me advirtió que no mirara la lavadora; yo era muy
pequeño y no le hice caso. Con el paso de los años, me he dado cuenta
que tenía razón: no se puede mirar la lavadora de pequeño y pensar que
eso no te va traer problemas el día de mañana.
¿Alguna vez os habéis sentido tan felices que ya no vale la pena vivir más?
- Si querías a ese chico,¡deberías habérselo dicho!
-Te quería
-¿Qué?
Odio tener algo y saber que tarde o temprano lo perderé. Siempre que pierdo algo me doy cuenta de cuanto lo necesito.
Por qué te quiero en 65 palabras:
Te quiero porque creo que entiendes como soy. Te quiero porque a ti
te puedo contar lo que a nadie le puedo contar. Porque puedo sentir que
mi vida a tu lado cobrará sentido y dejará de ser vacía. Te quiero
porque me preguntaste cuántos años tenía cuando murió mi padre y eso
nadie me lo había preguntado jamás. Te quiero tanto que me gustaría...
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